Inmunodeficiencia
Soy inmune a las palabras agresivas que amargan y oscurecen los momentos. Estoy alerta a los constantes desagravios de la vida. Ya, con extensivas terapias de dolor, he soliviado mi inmunodeficiencia heredada y me he hecho fuerte. Y sigo esperando a que aumenten las llamas de la adversidad, para que el universo siga poniendo a prueba qué tan resistente soy.
El día en que muera me habré dado por vencido (pero no estaré para saberlo).
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