domingo, 4 de noviembre de 2007

Ciudad de hielo

Cómo no dar crédito a lo que atestiguan mis ojos. La ira de Dios ha desafiado a la arrogancia. La ciudad se hunde bajo una gruesa capa de hielo. Habrá otros días para escapar del frío; pero hoy, sencillamente debemos guardar silencio y aceptar la inclemencia. Al fin y al cabo, presenciamos un espectáculo hermoso que tardará muchos años en repetirse. La ciudad del granizo.

Pronto se derretirá el hielo que cubre mi cabeza.

1 comentario:

LI-F dijo...

siguiendo tus pasos...corazón.