lunes, 15 de octubre de 2007

Remolinos

Florecer. Retroceder y llegar al punto de partida. Como una visión retrospectiva; ser el mismo que siempre fui, quien jamás he podido dejar de ser. Morir para tener que renacer, en el mismo ritual doloroso, que se repite incesantemente. Volar con el suelo a tras de mí; siguiéndome, rastreándome. Cantar versos inexpresables y vivir por un sueño inalcanzable. Sentir. Sentir que me abandono por momentos; creer que parto y no regreso. Entender que no existen giros sino una extensa gama de ramificaciones que se sobreponen. Entender la vida, cuando se está muerto. Poesía es llegar al final del precipicio; desangrarse en versos inconclusos y perderse en historias sin final.

No existe frase ni palabra que no vaya a tener que repetirse.

2 comentarios:

LI-F dijo...

...la vida no es como un hilo, o una l�nea recta, o el trazo que dibuja mi dedo sobre tu abdomen desnudo. La vida es una mara�a, un cruce constante de v�as en el que seguramente volveremos a vernos pero no sabemos cu�ndo ni d�nde....

Juan dijo...

"al soltar mi cuerpo en remolinos, perfección"