lunes, 13 de agosto de 2007

De vuelta a las palabras

Como mal inevitable (y recurso frecuente en épocas de reflexión), para desplazar los acontecimientos de mi vida del plano de la realidad a lo simbólico he decidido recurrir de nuevo a las palabras. Como catástrofe individual calificaría cada uno de los acontecimientos que han sacudido mi corazón en las últimas semanas. El hecho de haber permanecido en silencio es un indicio de aquello que pudo haber acontecido. Soy un ente melancólico que sólo es capaz de expresarse cuando lo atraviesa el dolor... ¿Qué podría decir esto de mí? Simplemente que no hubo dolor, sino otra serie de sensaciones que en parte me devolvieron la vida. Y he regresado, como solía hacerlo en los días precedentes, con una nueva carta de presentación, como si se tratase de una persona distinta. He vuelto a las palabras...

Esto es simplemente un memorando para quienes no creyeron en la espiral maldita.