martes, 28 de agosto de 2007

A la sombra de un experimento

Estoy siendo producto de un experimento, y si a alguien hubiese de importarle, accidentalmente me estaría dando toda la razón. Hay quienes de reojo me espían; o espían mis palabras, y creen (la fe es ciega después de todo) que estas palabras me pertenecen. Me pregunto infinitamente si alguien ha conocido el ser humano que habita y que se esconde detrás de ella. La palabra se hizo para mentir, y habrán quienes hayan creído mis mentiras. Pero sólo soy un personaje, producto de las lógicas narrativas de comienzos de siglo XXI, una ficción que no cesa de hablar. Yo también creí que existía el personaje. ¿Importará en lo más mínimo (o en lo menos máximo)?

Todos somos el producto de nuestra propia retórica.

1 comentario:

Ilca dijo...

Esperar a la sombra... las mentiras estan dadas. Benditos! hemos de utilizarlas con imaginaciòn. Sí la palabra se ha plasmado, etonces seguirè creando retóricas paralelas solo para extender la belleza de las "creencias". Todo pasa, todo es. Jugamos muchos papeles a la vez. Nuestra obra de vida es toda una obra teatral.