miércoles, 5 de septiembre de 2007

Entre líneas

Hace días que terminó el espectáculo. No hubo acto de cierre, ni fiesta de clausura. Simplemente se hizo evidente en cada bocanada de oxígeno, en cada molécula y en cada partícula suspendida en el aire. Algunos lo sospecharon el día que me vieron desaparecer, otros, menos suspicaces, simplemente atribuyeron la culpa a las causas aleatorias de la vida. Terminó la función sin previo aviso, y la enorme máscara que cubría mi rostro también se fundió en el vacío.

Lo poco que ves es todo lo que soy.

2 comentarios:

Ilca dijo...

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LI-F dijo...

...el corazón muere cuando los latidos no tienen sentido.