miércoles, 6 de junio de 2007

Memoria del encuentro con un alma

No puedo decir a ciencia cierta si estoy despierto o estoy dormido. De tratarse de un sueño, sería repetitivo y frecuente, como una realidad molesta de la que habría que deshacerse. Si de algo estoy seguro es que mi conciencia está despierta, y son mis ojos los que están viendo. Una figura fantasmal se mueve sobre mí, como si se tratase de una nube de humo que me cubre. ¿Humo? No es humo. No hay humo en mi recámara. La forma de ese extraño espectro se deshace y se rehace cada vez que intento descifrarla. Es de noche, lo sé, pero juro que estoy despierto. Y el extraño ente que danza sobre mi cuerpo está vivo. Pienso por un momento que es la muerte que ha llegado a buscarme. No la conozco.

Pude ver cara a cara eso que jamás supe qué era.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es un sueño.

Humo... que se posa por ahi, en tu nariz y sonrie. Antes de que sea aspirado para redescubrir sus componentes... huye para seguir siendo libre, para interpretarse, para difrutar de su olor en silencio, de su relativa soledad como si fuera la primera vez que respirara, vuelve a nacer... sola, como tu y te mira de nuevo sonriente, en silencio, en compañía...junto a ti.

La muerte los mira, -cada cosa que significa lo contrario, ella misma es lo opuesto, se prepara para ofrecer, para imponer cualquier sorpresa- la idea materializada de la muerte...espera en el entresueño mientras seguimos sonriendo.

Ilse

LI-F dijo...

TES YEUX NOIRS

Viens-là, viens avec moi
Ne pars pas sans moi
Oh !oh ! viens reste là
Ne pars pas sans moi
Où vas-tu les yeux noirs??