miércoles, 27 de junio de 2007

Despierta mi alma vacía

Una canción, una estrofa inadvertida, y siento que recobro la vida. Escucho una y mil veces la misma melodía; esa que martilla mi cabeza y desgarra mi corazón. Canto con los ojos cerrados; murmullo pequeñas revelaciones; salto a la par de cada una de las pulsiones.

De momento, la espectral composición sonora adquiere un rostro y una forma. Me golpea con pasión. Me dice palabras de desconsuelo. Luego me abraza y me transmite su calor. Me ama porque la amo. Suya es mi voluntad; esclavo suyo soy. Y luego, como si nada, despiadada se marcha, y quedo en el silencio; transformado (entre vivo y muerto).

Quiero escuchar de nuevo esa canción.

1 comentario:

Juan dijo...

Pues eso es lo que tienen las buenas canciones, nos hacen volver aunque sea por un momento