sábado, 16 de junio de 2007

Padre, por qué me has abandonado

Imposible era no escuchar sus palabras, porque de su garganta y de su voz imponente jamás había podido diferenciar entre el temor y el respeto. Un consejo, una voz de aliento, no podía concebirlo. Sin embargo, al escucharlo, percibía en su voz un trozo de mis propios pensamientos. Sus manos eran mis manos, y sus gestos me recordaban los míos. Al verlo a los ojos; al tenerlo de frente como igual, pensé: "Padre".

De cuántas cosas nos habremos perdido.

1 comentario:

Ilca dijo...

Lucky.............................................................................................................................................. alguna vez conocí a alguien que casi muere por entender que jamas vería las manos del otro lado, la voz del otro lado. A esa mujer le quedan sus propias manos. El tiempo pasa y el ahora es casi estatico, mañana sera una oportunidad para encontrar lo perdido. Para mi no se hizo esa posbilidad por que es imposible.

Cuantos fantasmas seguiremos sumando,

Un Abrazo.