martes, 13 de marzo de 2007

Manifiesto del objeto inanimado (tributo a un día de vacío)

Después de mucho meditarlo, llegué a una irrefutable conclusión. Yo soy la incertidumbre. Soy el imposible inalcanzable con el que todos sueñan, pero del cual quieren deshacerse. Soy la luz brillante que encandila y que ciega; y mis rayos queman. Soy la noche más profunda, en la que todos temen quedarse solos. Soy un millón de argumentos para amar con deseo, y también para huir con desespero. Soy el profundo deseo de dormir en las noches de insomnio... Soy el que se desenvuelve en el mundo sin temor y con total recelo, y que siente repulsión al mirarse al espejo. Soy todo lo que deseo ser y que jamás seré. Llevo mi nombre marcado en la frente y en mis manos. Nadie se atreve a mencionarlo. Soy el objeto inanimado (del que se puede disponer).

Cuento con que me devuelvan el corazón estando aún a tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Determinación, eso buscaba ayer y tu la encontraste por mi, te lo agradezco, ahora se que tengo que hacer. Lo que no se como expresar pero lo voy a decir es... es cierto eres luz, también sombra, eres indispensable y a veces no, el vacio perdura en ti, en mi, en el otro a veces somos seres inanimados. También lo eres para los demás mientras duermes, en ese momento vivimos un mundo alterno. Tienes derecho a que no cuestione tu manifiesto o a que lo lea para recordar que eres un ser humano.
Anónimo