viernes, 9 de marzo de 2007

Meritogracia

Palabras cortas. Mis párpados se cierran y mi estómago está revuelto. Tengo derecho a dejar de ser yo mismo de vez en cuando, y a perderme en la irregularidad de lo prohibido. Cuando se debe esperar, termina por esperarse más de lo que se espera; o de lo que se debe. Y si parece confuso es simplemente porque así es. Sólo puedo respirar aire de satisfacción y de arrepentimiento; al fin y al cabo, ya terminó el jueves. Si mañana no recibo mi regalo es quizá porque no lo merezca (si la espera hubiese sido más corta, probablemente lo ameritaría). Si lo recibo es solamente por gracia. Gracia.

Reía y reía, mientras me consumía por dentro, esperando ser rescatado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Confusión/Espera a cual de las dos uno apuesta...tu regalo, cual? no se que es, pero la vida va y los regalos llegan aveces sin remitente, sin contestación. Solo para que riamos mientras se puede, mientras la vida alcance y la respiración entre cortada de la dulce confusión lo permita, lo desee, lo desees.

Anónimo dijo...

...y como era de esperarse conmigo para ponerle un punto a parte siquiera a la meritocracia el procelitismo también cuenta para expresarte que me encuentro en igualdad de condiciones.