martes, 8 de mayo de 2007

Desmembración virtual

Poco queda de mí, y me sigo desvaneciendo como un puñado de arena. Llegan a mis oídos sonidos del pasado, que evocan una y otra vez el nombre con el que fui bautizado. Ahora, a duras penas reconozco la persona que veo en el espejo. Mis extremidades están repartidas en partes desiguales a lo largo de las fronteras de tu imagen. Fui un día, y nunca volveré a ser. Así me recordarás, como la sombra que se posó sobre tu cuerpo mientras dormías; mientras soñabas con tierras lejanas. Y aunque no esté, no podrás olvidarme, porque mi nombre será el eco de tus lamentos. De verdad lo siento.

Creo, después de todo, que el amor sí era infinito.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No desesperes el amor es infinito, una mujer te hace odiarlo, una mujer te hara bendecirlo, oro por que así sea.

Suriplanta dijo...

... yo también...